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jueves, 23 de noviembre de 2017

Avilés: Reseña histórica de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús de Galiana



La institución pertenece a la parroquia de San Nicolás de Bari y es fundada en 1947 siendo su primer Hermano Mayor D. Román Suárez Puerta. No obstante, no será hasta 1950 cuando la cofradía comience su actividad pública, procesionando por primera vez el Miércoles Santo de ese mismo año. Fue la primera cofradía de nuestra ciudad en admitir mujeres cofrades y permitir su participación en las procesiones de Semana Santa.


El principal objeto de la misma según recoge sus estatutos fundacionales son «el culto y veneración de Jesús Nazareno» (Cap. I, art. 1) y «conservar la Fe, fomentando la Piedad y Caridad Cristiana por medio del ferviente culto a Nuestro Padre Jesús de Galiana» (Cap. I, art. 2).

Pese a la relativa “juventud” de la Cofradía Nuestro Padre Jesús de Galiana existen, sin embargo, notorios antecedentes que caben ser citados y que denotan un culto al Nazareno mucho más antiguo del cual es heredera esta institución.

Este Nazareno llega a la capilla de San Martín al filo del siglo XVII. Cuando esta pequeña ermita amenaza ruina, por esta razón la talla será trasladada al Asilo de Ancianos, situado donde se emplaza hoy en día el edificio de la Policía Nacional. Posteriormente, tras la construcción en 1653 de la capilla de San Roque se reubicará en el Carbayedo donde permanecerá tras levantarse la nueva capilla.

«Respecto al culto que se le tributó a mediados del s. XVIII en la primitiva capilla dedicada a San Roque» hace mención el cronista, presbítero y capellán D. Manuel Álvarez Sánchez en su libro Avilés: leyendas, apuntes de novela, anécdotas, hijos ilustres, curiosidades históricas (1927).

En él cuenta el cronista que «se encuentra este popular santuario en la parte más elevada de la población, y fue construido por el Municipio el día 18 de abril de 1653, siendo alcalde D. Rodrigo Valdés Busto, habiéndose tardado cinco meses en levantar su humilde fábrica.

Se acordó su emplazamiento en el bosque del Carbayo en donde ya existía una cruz de roble, y se dedicó a San Roque por voto popular, después de unas rogativas en que se había sacado en procesión al Santo con motivo de una epidemia que (…) desapareció, atribuyendo el hecho a la protección de San Roque».

La ermita subsistió con distintas reformas hasta el 5 de abril de 1892 cuando, debido a la amenaza de ruina, la estructura anterior fue demolida levantándose una capilla cuya traza corresponde a Ramón Marcos Bausá, arquitecto municipal, «iniciando las obras el cura ecónomo D. Victorio Cuervo» y terminándolas el párroco D. Rafael Cabal quien abriría la capilla al público en 1894.

Será a finales de este siglo cuando la capilla pase a ser denominada capilla de Jesús de Galiana, aunque ya a lo largo del s. XVIII existen distintas alusiones a dicha ermita como capilla del Nazareno.

Llegamos a 1936, año en el cual es quemada junto a otras nueve imágenes y el antiguo retablo de la capilla, en una hoguera situada a escasos metros de la sacristía. Del Jesús de Galiana original tan sólo se conservó la cruz procesional por no encontrase en aquellos momentos en la ermita.

Como afirma D. Ángel Garralda en su libro Avilés, su Fe y sus obras: «En la capilla de Jesús de Galiana, queman el retablo con sus nueve imágenes, la de San Roque, en cuyo honor había levantado el Ayuntamiento esta ermita, la de Jesús de Galiana obra de autor desconocido y la de San Martín, que sin duda procedía de la desaparecida capilla de San Martín». (A. Garralda; Avilés, su Fe y sus obras, pp. 241-242).

Otro apunte de interés sobre los sucesos acaecidos en este momento lo aporta Víctor Buján quien, en una nota introductoria al inventario de 1956, escribe: “En septiembre de 1936 la capilla fue asaltada y robada (…) sus imágenes (…) fueron quemadas así como el retablo de algún valor (…) lo mismo que puertas y ventanas, excepto la puerta principal” por ser esta de hierro; párrafo que ilustra el exaltado y furioso celo con el que se llevó a cabo el ataque a la capilla.
De las nueve imágenes aludidas, hasta el momento, sólo conocemos con certeza el nombre de tres de ellas: el Nazareno, San Martín y San Roque, pese a las afirmaciones en sentido contrario que recoge la tradición oral en este último caso.

En cuanto al retablo que menciona Buján habría sido traído del antiguo humilladero de Rivero tras la reforma que se acomete en el s. XVIII y que será el motivo de su traslado a la capilla de San Roque.

En 1939, y a partir de una vieja fotografía, el artista local Enrique Santos da nuevamente vida a la imagen de Jesusín (hoy en la Capilla de la Purísima de la iglesia de San Nicolás de Bari).

Años después se encargará un nuevo trabajo al imaginero y escultor conquense Luis Marco Pérez. Donada esta imagen por los hermanos D. Luis y Dña. Matilde García Fernández Trapa, será bendecida el mes de abril de 1950 y sacada en procesión en el Santo Encuentro. Desde entonces se encuentra en la capilla de Galiana a la que da nombre.

En 2015 la imagen del Nazareno presentaba diversos problemas, perceptibles a simple vista, que evidenciaban su deterioro. Son visibles los efectos del paso del tiempo sobre esta magnífica obra evidenciándose en ella los efectos de la humedad y la contaminación ambiental, junto a otros factores que revelará su restauración.

El mal estado de la imagen, con grietas en cabeza y manos, suciedad en el rostro que ocultaba la policromía original, o varios dedos rotos en uno de los pies, provocó una reunión de la Junta Directiva de la cofradía Nuestro Padre Jesús de Galiana encabezada por Saturnino Paniagua (Hermano Mayor de la Cofradía).

En dicha asamblea se resuelve por unanimidad acometer su restauración y se establece un plan de viabilidad económica fundamentado en la financiación privada. Además de los fondos de la propia cofradía, el proyecto se nutre de los donativos de cofrades y devotos así como de aportaciones realizadas por comercios y empresas locales. No se solicitarán subvenciones públicas ni ayuda económica de la Iglesia.

El otro gran acuerdo tomado es encomendar la realización de este proyecto a Ángel Martín García, buen conocedor de la obra de Luis Marco y que ya había colaborado en la recuperación de la imagen de la Dolorosa, también ubicada en la capilla de Galiana.

Trasladado el Nazareno a la provincia de Valladolid, en julio de 2015 comenzará el proceso de restauración. La limpieza general realizada en el taller de Medina de Rioseco puso de relieve los diferentes daños que sufría la imagen y el alcance de los mismos.

Los datos recabados revelaban, al menos, dos intervenciones anteriores. La primera, atribuida a Luis Marco, orientada a corregir la posición de la caja que inicialmente alojaba la cruz. La segunda intervención, de autoría aún desconocida, provocó diversos daños. Las múltiples fisuras y grietas, así como los desajustes detectados, eran el origen de una importante sobretensión sobre distintos puntos de la imagen que amenazaba con provocar su resquebrajamiento. En este largo proceso se intervino además la peana, saneando los orificios provocados por insectos xilófagos en lugares muy concretos de su superficie.

El trabajo se completará con la restauración de la policromía de la imagen por parte de Mª Ángeles González. En su intervención fueron corregidas distintas lagunas cromáticas, se vidriaron los ojos del Nazareno y se dio volumen a las gotas de sangre que resbalan por su frente. A ella se debe también el barnizado de las tres cruces que posee la Cofradía (dos de ellas del Nazareno, una procesional y otra que de menor tamaño que luce en el nicho de la capilla) a fin de dotarlas de mayor protección frente a la exposición a las inclemencias climatológicas y al paso del tiempo.

Tras su periplo castellano, “Jesusín” regresa a casa siendo presentado el 22 de Noviembre de 2015 en acto público organizado por la cofradía Nuestro Padre Jesús de Galiana. El evento se llevó a cabo en la iglesia de San Nicolás de Bari ante cientos de personas con la presencia de las distintas cofradías y autoridades civiles y eclesiásticas. En el templo parroquial, Ángel Martín explicaría a los asistentes el trabajo realizado. Tras la bendición de la imagen a cargo de D. Ceferino Díaz, párroco de San Nicolás, el Cristo de Galiana regresaba a la capilla escoltado por la banda de la Cofradía y numerosos fieles y devotos. Desde entonces su imagen se venera en la capilla de Galiana.

Fuente del texto: D. Javier Menendez Ferré 

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